Del este al oeste
me bamboleo sobre tu cuerpo de cristal.
Me concentro en tu cintura céntrica
y en la luz que empapa tus redomas.
Merodeo alrededor de tus ojos
que se alargan hacia mí hasta encontrarme.
Entro dentro de tus bellas medidas
y hago temblar tus paralelos.
Tus meridianos vibran en mí
mientras me abrazas con fuerza extraordinaria.
Eres aquello que me mentiene vivo
y que ha venido a devolverme la fe.
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