jueves, 7 de febrero de 2013

Volvió

Es ella, es ella.
La misma cara húmeda.
La misma rosa expectante.
Su cabellera metálica y cambiante.
Su pérfido cuello peregrino.
Su indócil respirar indiferente.
Camina, camina.
Apretada en su traje de impaciencia
pisa el eucalipto escalonado.
Va mojada
y en el huerto anochecido
una noche de mareos desciende y la cruza.
Ella también cruza la estación dormida
con sonoras pisadas, sin recato.
Viene como se fué: Sin pudor.
Viene de un inestable exilio
ya sin creer en fábulas ni en nadie.
Regresa de la ciudad
doblegada por continuos pleitos.
Entra como puede en su casa.
Lleva tres años sin vaciar la hielera.
Para ella tres años de demencia
creciendo sin los ecos de cabaña.
Su torso: Visible y en desgaire
molido de cadalsos y palestras.
No pudo con el rencor ajeno, no pudo.
Su excesivo talento la hizo imperdonable.
Mermada por muchas zancadillas
volvió al lugar de los primeros bailes.
Volvió al patio dorado de sus juegos
para reencontrar la imagen de ella misma.
Volvió para recuperarse del cansancio.

En su choza de lentos palomares
pondrá un nácar santo en sus heridas
para danzar de nuevo...Nuevamente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario