con su horno
quema las huellas de la vida:
La soledad es una llama inmensa
que arruga a los rostros, hora a hora:
Nos tambalea con sus vientos petreos
y nos corta con enjambres de vidrios.
Hace que el corazón no se dilate
y que se paralice la sangre que latía.
La soledad, con sus manos abiertas,
nos siembra en sus vacíos plurales:
nos hace perdernos en angustias
mientras nos canta los cantos de su infierno:
La soledad es amiga del luto
y borra los manantiales de la risa:
pone viscerales las caras,
nos envuelve con durísimas mortajas:Nos lleva a creer que moriremos sólos
y que entraremos en la Nada, sin nadie.
La soledad extermina los girasoles
y es experta en velarnos la vista:
En seres sórdidos nos va convirtiendo:
en aquellos que no esperan a más nadie.
En el lugar de la entraña y su ceniza
vive, para deshilacharnos con sus garras,
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