Huyo de todo solipsismo.
Huyo del bramido de la historia.
Me escapo por incoherencias
hacia el refugio de la eterna ignorancia.
Pero las frases quieren agarrarme
y llenarme de sus trochas y su entorno.
Entonces resuelvo ser vaho
y subo hacia occidentes delicados.
Huír de la historia es sabiduría
pues es toda dicotomía y acepciónes.
Yo prefiero el laurel y el olivo
Y el aliento suave de las féminas en celo.
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