jueves, 7 de febrero de 2013

Matorrales

Sobre la grava
o la grama
tendidos
incendiados
casi hasta reventar
siempre nos echábamos
a reír, a reír.
A nombrar las iniciales
de los nombres secretos
que nos hicímos.
Mordía el sol los montes
como una quemadura.
Nos arrastrábamos
hacia los matorrales
como críos.
al que comías
por no tener más nada:
Tu migaja o mendrugo.
Yo te dejaba hablar
en la inacción de mi éxtasis
pues tenías mi alma
agarrada a tus manos
a tus puños helénicos.
Tu melena
despierta ahí y viva
brotándote más larga
bañaba
de gozo mi momento.
A tu felicidad
pronto me acostumbraste.
Fue un amor que venía
rápido entre tus rápidos.
Lo tenías escrito en la sangre
roja roja e intrépida
y sin premura
sobre mi lo vertiste.

No hay comentarios:

Publicar un comentario