Me reconforta saber que te has marchado.
Que morirás como yo bajo un cielo conspicuo.
Que una hoz cercenada cernenará tu cara
y que tu negra alma rodará como boa.
Seremos arrancados de las cosas santas
y lanzados al mar de las metamorfósis
Allí se refutarán los goces y deleites
que gastaste conmigo mientras nos incendíabamos.
Nos precipitaremos como piedras desechas
a la esquina más fétida y pútrida del averno.
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