martes, 5 de febrero de 2013

Me incinero dentro de mi corbata

Me incinero dentro de mi corbata
mientras las muchachas posan en sus jeanes tersos.
Avizoro una que otra minifalda
y corpiños que capean la arremetida solar.
Camino sobre avenidas ciertas y sus vapores de certeza.
Las nubes son artículos extraños que quizá no han dejado su cama.
Los lechos nupciales hierven al calor de los cuerpos sin remeras.
Me pesa mi sopor absoluto y la luz exagera mi sed.
Caen gárgolas disecadas, caen aves secas al olvido.
Sueño que soy un recipiente y que me llena una cascada hidrópica.
La ciudad para mí es un desierto en la que camino arrastrando mis contrastes.

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