El yermo sideral me impacta
sin terneza.
Socavan mi conciencia serpentinas heladas.
Ando de luto por la calle, sin vínculos.
Si habló la voz pierde sus sílabas:
Quejumbre de la calle en un gemido mío:
El gemido de nadie.
Veo a lo lejos:
En el centro del parque, un inválido
ve gravitar un universo grave.
Línea tras línea, en la vía recta
se ve tu bocacalle.
Se vé sombría e incierta...
Cuántas veces pasé por esas puertas !
Y corredor adentro me perdía
en el aceite mágico de tu cama de alambres...
... Las velas parecen ser las mísmas:
Hacen caligrafías de sangre y amarillos
con sus imágenes vulgares y elegantes.
2
Ya no estás en ese lugar húmedo
entre las tibias tejas y argamasas.
El lugar que nos perteneció,
el de sabor a sol. Sus fisuras trémulas
se nos abrían en luz, rosa y escarcha.
Yo escribía en una mesa a la sombra de todo
y en el piso de tierra tu danzabas.
A veces, con tu alcuza,recogías la dádiva de la lluvia...
Ahora esa agua de lebrillo, pura e iridiscente
muere diluida en las ventanas.
Es agua santa e inconsolable
como hoy lo son mis lágrimas.
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