jueves, 7 de febrero de 2013

Quejumbre

El yermo sideral me impacta
sin terneza.
Socavan mi conciencia serpentinas heladas.
Ando de luto por la calle, sin vínculos.
Si habló la voz pierde sus sílabas:
Quejumbre de la calle en un gemido mío:
El gemido de nadie.
Veo a lo lejos:
En el centro del parque, un inválido
ve gravitar un universo grave.

Línea tras línea, en la vía recta
se ve tu bocacalle.
Se vé sombría e incierta...
Cuántas veces pasé por esas puertas !
Y corredor adentro me perdía
en el aceite mágico de tu cama de alambres...
... Las velas parecen ser las mísmas:
Hacen caligrafías de sangre y amarillos
con sus imágenes vulgares y elegantes.

2

Ya no estás en ese lugar húmedo
entre las tibias tejas y argamasas.
El lugar que nos perteneció,
el de sabor a sol. Sus fisuras trémulas
se nos abrían en luz, rosa y escarcha.
Yo escribía en una mesa a la sombra de todo
y en el piso de tierra tu danzabas.
A veces, con tu alcuza,recogías la dádiva de la lluvia...
Ahora esa agua de lebrillo, pura e iridiscente
muere diluida en las ventanas.
Es agua santa e inconsolable
como hoy lo son mis lágrimas.

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