un sólo punto perdido entre aliteraciones:
El momento de nacer y el momento de morir:
Dos flores de un mismo tallo informe
Ir por el tiempo de atrás para adelante
de aquí para allá, de allá a no saber dónde:
Remontar las cuestas de la vida en etapas quemadas:
Ser aquello que pervive y sobrevive pasado un minuto:
Y, que entrado otro segundo, se pierde y se desencuentra:
El berrinche del niño absorbido por el estertor del abuelo:
La primera palabra y la postrera naciendo de un átomo:
¿ Para qué la vida, este pasaje escueto, este peregrinar ?
Vivir y llevar la cruz, y junto con ella la llaga de las enfermedades.
Pronunciarse a sí mismo mientras dos se quieren y luego desvanecerse.
¿ Vale la pena existir y permitirse si nos vamos en un instante inacabable?
Nos quema el Dios- llama, el Dios- día, la noche lunática.
Somos los predestinados a ser y llenarnos de vacío:Errabundos por años, por meses o semanas
sólo sabemos que tenemos un cráneo y que será consumido:
Pero mientras tanto espero una consolación, un jadeo
un llanto de amor que me asegure estar vivo
y quemarme en esa llama nudosa antes de ser ceniza.
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