miércoles, 6 de febrero de 2013

Vengo a relajarme

Vengo a relajarme
después de un sábado extenuante.
La semana me disparó a quemarropa
días de extensa y genuflexa rutina.
Quiero esconderme en un cielo opalino
o en las ancestrales nubes levantiscas.
Quiero llenar mis cavidades de lloviznas
y el masaje arterial de las maniguas.
Endilgarle a otro lo guerrero y lo ígneo
y extenderme en la placidez fértil.
Dejar a un lado mi mente y lo febríl.
Hacerme disipación, hacerme vaho.
Existir etéreo sobre todos los cáñamos.
Beber las bahías y los prados.
Ser apenas, la flexión de un reflejo
sobre un laberinto de ecos titubeantes.
Evitar los conceptos y habitar espaciados
y en mi esquife de aire seguir tus bellos rastros.

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