Voy a enterrarte entre basurales.
Cambiaré tu recuerdo por el estiercol del deshollinador.
No habrá lugar en mi mente en que acampes,
rata de albañal, malcriada y con dos hijos.
Voy a internalizar tus cálculos abyectos
y la irracionalidad obstinada de tu taurus de fuego.
Dejarás de fingirte pétalo de muérdago
o la hoja más dulce que jamás trepidó en una acacia.
Voy a descuartizar tu esencia ventrílocua
e incinerar con tus élitros todos tus antifaces.
Voy a poner sobre ti semillas de cizaña
y el nombre más pavoroso que jamás resonara en el Hades.
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