Intentaré ser novelista
en la vasta centroeuropa.
Trato de hacer un manuscrito
pero llega una antigua furgoneta
cargada de jovencísimas putas.
Muchas vienen de la república Checa
y traen la entrepierna preparada.
Algunas podrían ser mis hijas
y otras, mis abuelas y madres.
Dejó entonces la distracción
y vuelvo al ensimismamiento.
Trataré de reinventar lo lúdico
en un orbe de realidades crueles..
Veo a las putas abrirse como diccionarios
y entiendo que su alfabeto está en sus íngles.
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