Me he paralizado en tu pelo lacio
y en tu constitución de leyenda.
Las caléndulas te siguen por el piso
y quieren acercarse a tus bienhechurías.
Eres bálsamo que responde a un nombre
y llenas mi vacío con compañerismo.
Copa de colinas de la que bebo sobrio
y veneración a mis ojos entreguistas.
Evitamos tumultos y paradojas
para ir a besarnos en láicas colinas.
Eres cordillera de realidades
que transitan mis dedos friolentos.
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