rostro amado.
Sativa de los seres que te piensan:
Por ti, mis ojos caen, fluyen
en las conjugaciones de las aguas.
Ajuar de la cadera: ardiente luna
lluvia de besos y astros cenicientos
Tu forma de cristal me transparenta:
fondeas sobre mí, fontana blanca.
En las dispensaciones de la arena
tu pelo haciendo largos revoltijos
ondulante, como fiera marea
color súbito en mi enrojecimiento.
Con uñas agresivas tu me abates
bajo una marejada de cobaltos.
Cielo de cielos, hacia ti trasmigro
en lo sedoso que pueda ser mi canto:Salud bendita que se desparrama
en mi lengua, tatuada de deseos
Brizna que quiero llevar a la boca
legión de mis sueños, todos sucedáneos
ondulan las brazadas del poniente
sobre la cresta inmensa de tus ojos:
río de latidos donde yo renazco,
manjar que quiero degustar ahora.
Fresca, como la aurora que se entrega
y el panal que busca ser conspicuo
emerges junto a mí como migajas
de Pan de sueño, apenas sugerido.
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