una blanca diadema.
Una rosa de lumbre,
una llovizna mansa,
una manzana dulce
y un canto de mañana....
Para ti:
Azahares y esmeraldas,
constelaciones de flores.
Inacabables caricias...
Sueños sin perturbaciones
y panes de mediodía
Para que comas, sonriente,
mientras decoras las fuentes
de mis antojados ojos,
que te miraron, de frente,
ante briznas del poniente.
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