en la que pisa mi pie ciudadano:
piso la sombra y piso sus molestias
y la dureza de la calle impávida:
Los mismos ruidos siempre me persiguen:
ruidos que son rumores de lamentos.
Sobre los periódicos que piso
mueren las letras y las frágiles imágenes:
Si alguien me sigue no lo veo: respira
y esa exhalación absorben mis pulmones
cansados de la crudeza del tabaco,
hastiados de vivir en lejanía:
Entre las fuentes embrionarias
altas similitudes al Mar Caspio:
la conjugación de un cardúmen de palomas,
despliegues astrales de almas fosilizadas.
También veo a los dientes blancosde la luna, comiendo cementerios:
No hay noción de fosforecencia ni hidalguía
en la desmemoria misma de los postes:
Si tropiezo, me levanta mi sombra
y cae tras mío el que me perseguía.
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