que se retuerce a la siga de tus constelaciones:
( Hay luceros entremezclados en tus cabellos ),
( Hay en tu cuerpo curvo, el sabor de la sal )
Tu cuello es primavera que se escurre
hacia las laderas en que duerme la espalda.
Los astros se fijan en tu pecho
y quieren absorber su consistencia sedosa.
Al pie de tus caderas, efemérides suaves
y pleamares de briosas esmeraldas:
Enarbolados como soles, tus fémures
empinado arriba, tu talle de diamantes.
El viento gira y de frente te embiste
derramándose en ti con sus furores trémulos.
Hay una danza de un frenesí más que frenético
donde se juntan tus muslos y nacen las delicias
donde desean bailar las manos de los tordossalida de sus plumajes, para hacerte caricias.
Yo quiero apegarme a ti y a ese piélago oculto
donde pernocta esa agua que te parece oscura:
lugar del rico musgo que alimenta a la vida:
seno de los manjares, más que oro adorado.
Se borda allí al hijo al borde del relámpago
y el amor se desata en su vasta intemperie.
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