ciudad del vértigo:
entre gritos y sombras
un golfo a la deriva.
Las cicatrices silenciosas del sueño
se echan a andar por el paraje añoso.
Todo en su madera, descascado.
Palpitaciones detenidas al alba.
Circo de las cosas descansando de pronto.
Cuerpos que en sí son sólo laberintos.
Por un paraje místico, arribamos y estamos
dentro de nosotros mismos y las reticencias del yo.
Camino por parajes apenas zaheridos
por lugares que me tatuan y me maltratan mucho.
Mis recuerdos perdidos, tiempo adentro.
Absorbo mis problemas suficientes.
Las horas se sostienen en sus mismos contornos:hay pinceladas de luz absortas de tristeza
Por las terrazas de mi frente, broto y me espigo
reconociéndome en los vahos del espejo.
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